El Encanto, al igual que otros poblados del estado de Veracruz, se caracteriza por lo aberrante de su gente. Por un lado, quienes glorifican en público a Epifanio Martínez, en privado lo maldicen. Muchos quieren ser como él, pero aborrecen que su estirpe haya mantenido en perpetua desgracia al poblado. Nadie sabe con exactitud cuándo fue el día en que los pueblerinos quedaron a merced de tanta humillación. Lo perverso de su verdugo, confunde a la gente con la idea de que éste todo lo puede con el poder de su dinero, hasta que en el horizonte aparecen Gabino Domínguez y Gervasio García, provocando que el cacique viva sus peores días. Sin querer, el par de campesinos sufren con una experiencia que los horroriza de pies a cabeza en la derruida ex hacienda de El Encanto. A partir de ese momento, la vida en El Encanto ya no será la misma. Muchos, al igual que Gabino y Gervasio, creen que Epifanio tiene pactos con el demonio. Y el par de campesinos tienen razones de sobra para pensar así. Sin embargo, ambos se dan cuenta que el cacique no es el mito que todos creían. Así, poco a poco, Gabino y su inseparable amigo con la ayuda de la familia Ruvalcaba, descorren el velo que mantuvo por tanto tiempo postrado al poblado.

Relata en forma ágil los pormenores de una su suigéneris investigación para tratar de dejar en claro de una vez por todas la imposibilidad de la supuesta paternidad del rey español Felipe V sobre uno de los antepasados del Autor, el capitán Juan Diego Longoria, uno de los fundadores en 1749, junto a otras 40 familias, de Santa Ana de Camargo en el antiguo Nuevo Santander. A algunos de los descendientes del capitán Longoria les fueron mercedades por la Corona Española, en 1767, tierras de extensas dimensiones al Norte del Río Bravo, mismas que a raíz del Tratado de Guadalupe Hidalgo quedaron del lado de territorio norteamericano. El rumor -llegado a oídos del Autor en 1986- de una supuesta herencia derivada de la extracción de petróleo en dichas tierras y que estaría a disposición de sus descendientes hasta la octava generación, amén de un viaje realizado por el Autor a España, Francia y Portugal en 1989, fueron motivo de su primer libro que no rebasó el ámbito familiar. En este su segundo corrige los errores y omisiones en que incurrió en el primero y de paso descubre cómo algunos de los apellidos más conocidos de la región forman parte de su árbol genealógico.

Los Inicios del Arte Otomano: La herencia de los emiratos presenta las expresiones artísticas y arquitectónicas del oeste de Anatolia y el surgimiento de la dinastía otomana en los siglos XIV y XV. Los emiratos turcos desarrollaron una nueva síntesis estilística de las tradiciones centro-asiática y selyúcida con el legado de las civilizaciones griega, romana y bizantina. Los esquemas arquitectónicos de las mezquitas, los hammam, hospitales, madrasas, mausoleos y grandes complejos religiosos, las columnas y cúpulas, la decoración floral y caligráfica, la cerámica y la iluminación atestiguan la riqueza de estilos. El florecimiento cultural y artístico que acompañó al surgimiento del Imperio Otomano estuvo profundamente marcado por la herencia de los Emiratos. Ocho recorridos le invitan a descubrir 61 museos, monumentos y yacimientos en Milas, Selçuk, Manisa, Bursa, Iznik, Karacabey, Çanakkale, Gelibolu y Edirne, entre otras localidades.

Hispanic-Americans celebrate their lasting and deep roots during Hispanic Heritage Month. The unique contributions of Hispanic-Americans, including those in art, cuisine, economics, and government are brought to center focus for this important population.